Cacao, de México para el mundo
Todos sabemos a que sabe, pero ¿sabemos de dónde viene?
De entrada se obtiene mezclando azúcar con la masa del cacao y la manteca de cacao, aunque no se conocen a ciencia cierta los orígenes del árbol de cacao (Theobroma cacao), se tienen evidencias de su uso por primera vez en territorio mexicano, En 2008 el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México publicó estudios de las Universidades de Columbia, Arizona, Yale, Wisconsin y Kennesaw, en donde análisis aplicados a una vasija encontrada en las excavaciones de Cerro Manatí (en Veracruz), concluyen que el consumo de cacao puede haberse dado 800 años antes de lo que se creía, la vasija está datada mediante carbono 14 en 1750 a.C.
En sus inicios el consumo del cacao parece haber sido como bebida, una especie de “cerveza” basada en la fermentación que solía ser bebida por la realeza, en vasos especiales. Los mexicas premiaban a los mejores guerreros de la época otorgándoles el derecho de consumir libremente chocolate.
Chocolate proviene del náhuatl: xocolātl, cuyo significado literal es agua agria, pero para el siglo XVI, Hernán Cortés, quien dijo «cuando uno lo bebe, puede viajar toda una jornada sin cansarse y sin tener necesidad de alimentarse», lo introduce a España y aunque al principio su sabor es fuerte, poco a poco incorporan azúcar y especias como vainilla y canela, dando los principios de como se conoce el producto popularmente el día de hoy, al poco tiempo se expandió por toda Europa y después a todo el mundo.
Hoy en día es uno de los ingredientes más usados en la cocina internacional y sin duda, de los preferidos de todo el mundo. Aunque ya se ocupa hasta para tratamientos del cabello, nosotros preferimos usarlo en la forma que más nos gusta que es en la repostería, así que cuando lo comamos en un pastel, cupcake, galletas, bombones o malteada, recordemos que es un producto de que vino de México para el mundo.