No podemos negar que a la mayoría nos encanta Octubre y Noviembre, esto significa: Otoño, conciertos, Halloween y el Día de Muertos, o sea ¡Pan de Muerto!

El origen de esta tradición se remonta a la época prehispánica se usaba como ofrenda desde entonces pero en sacrificios humanos, se preparaba con semillas de amaranto molidas y tostadas y se cuenta que se bañaba con sangre de las personas sacrificadas en honor a los dioses Izcoxauhqui o Huehuetéotl, pero a la llegada de los españoles se rechazó este ritual e iniciaron la elaboración del pan de trigo, con forma de corazón, bañándolo de azúcar y pitándolo de rojo.

Este pan de temporada es para los mexicanos un verdadero placer y es parte fundamental de las ofrendas dedicadas a los Fieles Difuntos, su forma consiste en una pequeña esfera en el centro de la parte superior que representa un cráneo y cuatro canillas que representan huesos, simboliza los cuatro rumbos del nahuolli o universo.

El Pan de Muerto varia dependiendo la zona, por ejemplo en el centro del país, es un pan espolvoreado con azúcar, en Michoacán se elabora con «pan de hule», que es de color moreno brilloso y tienen dedicatoria a un difunto, en Oaxaca es pan de yema al que se le ha incrustado una figura que representa al ánima a quien se dedicó el pan, en otros lados como Puebla tienen ajonjolí o lo decoran con azucar de colores y también en los últimos años se estilan lo panes con rellenos, chololate, crema pastelera o nata. Como sea el Pan de Muerto es delicioso y una parte muy representativa de nuestra cultura y nuestra panadería…obviamente en Cocol tenemos nuestra versión y no te la debes perder.